Este artículo habla sobre las causas y consecuencias de la desigualdad en países latinoamericanos. Se dedicó su primer párrafo a la historia de la violencia estructural y, al mismo tiempo, describe la expansión de las economías de los países en que la violencia ocurría. ¿Quiere decir, entonces, que es incorrecto pensar que mejores condiciones económicas resultan en menos crimen? Se dedica lo demás a una entrevista para contestar esta pregunta con Hernan Wrinkler, economista que analiza las relaciones entre desigualdad y violencia. Se le pregunta sobre el narcotráfico y el futuro de la desigualdad y violencia en la región. Las respuestas parecen optimistas con respecto a la reducción de violencia y ofrece soluciones para ella.
Hoy en día, el narcotráfico y la violencia son problemas muy grandes para países pobres y específicamente para países latinoamericanos. Lo que yo siempre he aprendido es que sí hay una conexión entre homicidios y la desigualdad porque siempre veo en la televisión que los barrios más pobres tienen más homicidios. Mientras tal vez sea así a veces, el artículo argumenta que es necesario que se mire con más profundidad en el asunto; ‘no podemos ceñirnos solamente a una causa’. Muchas veces es debido a la violencia estructural, es decir, que la gente nace en ella y es casi imposible evitarla. Una de las soluciones dada en el artículo es que el ingreso más equitativa contribuirá a la mitigación de la violencia municipal.
Me parece fantástico que este artículo tuviera una vista tan optimista. No hay suficiente información sobre la reducción de violencia estructural, sin embargo hay mucho sobre las efectos negativos de ella. No es productivo sentarse y repetir lo que ya se sabe, sino decir que sí hay una forma bastante sencilla para eliminar un tipo de injusticia ayuda la discusión y la propaga . Si se propaga la información, aumenta el porcentaje de una ocurrencia de un cambio grande respecto a la violencia estructural.
Los EE.UU. tienen programas para que la gente que gana menos de $20.000 cada año puedan vivir vidas mejores, como Food Stamps y Welfare. El programa de Food Stamps ayuda a la gente que no se puede comprar comida a causa de unos ingresos muy bajos y, en efecto local, causa una ola de compra cuando a la gente se le da los Food Stamps, pero en un nivel macroeconómico, desarrolla $1,84 por cada dólar que se gasta en el programa.
A muchas personas les parece que el Welfare es algo malo que promueve la pereza. Al contrario, en realidad hay que trabajar mucho para recibirlo, con las reglas actuales porque es necesario que una persona tenga un puesto. Estás programas ayudan con el problema de desigualdad ya que reducen la distancia entre las clases socioeconómicas. Como dice el artículo, en Brasil y Colombia hay programas como los de los EE.UU. que combatan contra la delincuencia.
En conclusión, la presencia de la violencia estructural hoy en día en países latinoamericanos ha alcanzado un nivel demasiado alto. Las formas mejores para prevenirla, según el escritor, es minimizar la pobreza en el país, el factor mayor no es el narcotráfico. EE.UU. tiene unos métodos que combaten la pobreza, por ejemplo, Welfare y Food Stamps pero no son suficientes para eliminarla completamente.
¿Existe una conexión entre el narcotráfico y la violencia?
En tu opinión, ¿es la violencia estructural un problema que merece mucha atención?
¿Qué soluciones propones tú para la desigualdad?
